Esta es una reflexión para reflejar las
consecuencias de la acción de PODEMOS desde el punto de vista trágico y
enlazarlo con la realidad que hoy, como desheredados del sistema, sentimos
muchas personas y que trata sobre los Santos Inocentes, abordada desde
diferentes puntos de vista y sensibilidades con respecto a los días que nos
corren.
El Realismo que predicaba Podemos en sus
orígenes en 2014, como un realismo de protesta social, llevó a gran parte de la
población saturada de inocentes a creer en su opción y en sus consignas. Desde
la inocencia mucha gente lo dio todo para unirse a sus ideales, mucha de la
gente que en su día se desnudó, no dudó en expresar sus opiniones en las Redes
Sociales, en mostrar sus perfiles para que todo el mundo viera que ésta era la
corriente de realismo social que deseaba que impregnara el ambiente.
La sociedad en su conjunto, como en las picadas
olas del régimen de 1787 y tras la crisis, había quedado hundida, humillada,
tratando de mantener unos privilegios efímeros que criaba gente inocente. A la
masa social sumida por esta realidad había que decirle las cosas, había que
explicarles sin cortapisas cómo era la única forma de derrocar el sistema que
nos amilanaba.
Casi sin darnos cuenta estábamos imbuidos en un
lenguaje sencillo y de fácil comprensión que calaba hondo pero que en realidad
no decía nada, solamente vaguedades y ambigüedades. Cuando en el principio las
personas acudían a los círculos, no había unos mínimos políticos que seguir ni
que debatir, y cuando alguien nuevo llegaba y preguntaba cómo se podía
articular las cosas, de forma recurrente, alguien decía aquello de "hay
que esperar a ver que nos dicen desde Madrid", (frases que lapidaban la
autonomía misma de la voluntad y alimentaban la inocencia). Pronto fue una
cuestión de ver cómo se dice una cosa y mañana la contraria. Había que llevar a
la práctica aquello de cabalgar contradicciones.
A muchas de esas personas inocentes ya no se les
volvía a ver.
Pero la máquina seguía, la mayor parte de los
inocentes, como término de persona engañada, pronto vieron llegar los
documentos de Vistalegre y aquello se convirtió en poco menos que en el maná.
Había que seguir a aquellos documentos como si de las tablas de Moisés se
tratara. No se buscaba el sentido común sino que siempre se imploraba a los
mismos para ver la NADA.
Aparecieron los primeros santos inocentes y a
quien no lo veía claro pronto lo escardaban. La lista de santos inocentes era
alargada, pero a quienes mandaban y controlaban no les importaba, los sillones
estaban cerca y las peleas por los mismos eran cada vez más cruentas, ya poco
importaba el realismo social, cuánto menos el neorrealismo.
¡Cuántos inocentes y cuántos santos fueron
escardados...! Y vemos cómo hoy a quien señala a los santos inocentes también
se le acusa de revolver y de hacer de Herodes.
Pero Podemos ya había expulsado a mucha gente,
mucha gente inocente que ya se encuentra fuera de su sistema y que ha pasado de defender sus
intereses y ya no los recuerda, precisamente porque esas personas, como santos
inocentes, creyeron a pie puntillas lo que Podemos les prometía.
Luego llegaron las elecciones y entramos en
muchas instituciones y para colmo, hemos tenido que ver que aquellas personas
en las que depositamos nuestra confianza, hoy nos representan tomando frases
para un argumentario que sin vergüenza alguna, ni sufren ni padecen, y palabras
y hechos que no ofrecen ningún mensaje para la esperanza convirtiendo a quienes
nos votaron en una miríada de santos inocentes.