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martes, 2 de enero de 2018

CAMBIAR EL MUNDO

Quizás un día quisimos cambiar el mundo, pero nunca nos imaginamos que quienes nos representan lo iban a cambiar a peor. Visualizamos una manera diferente de entender la vida y de vivirla y caemos en la trampa de que cuando nos dicen de llevarla a cabo, de hacerla, en realidad es peor de lo que nos imaginábamos y también peor de la que había.
La sociedad basada en los hitos y costumbres de la civilización judeo cristiana en la que vivimos, en sus leyes y creencias, tiene en el castigo la base de la viabilidad de las sociedades que construyen, y es con el Código Penal con el que someten a las personas que no siguen sus normas.
El castigo, por ser una de las bases de las sociedades que se conforman en la Civilización judeo cristiana, tiene un especial arraigo y equivalencia con lo que tradicionalmente ha sido el comportamiento machista de estas sociedades. Cuando cambiemos esta idea seguramente que habremos cambiado el mundo, porque en el fondo esta forma de hacer sociedad también entiende correcto el castigo del hombre, y si es necesario, también en las carnes de la mujer. Es el castigo o el sometimiento que supone no querer castigado de la fuerza sobre la debilidad. 
En PODEMOS nos quisieron  hacer creer que un día cambiarán el mundo y hay quienes ya nos hemos dado cuenta de que ya han dado los primeros pasos para cambiarlo hacia el otro lado.
Es curioso que cuando PABLO IGLESIAS  se postuló para Vicepresidente del Gobierno de España, quiso para sí los ministerios de: INTERIOR, DEFENSA y JUSTICIA, y mucha gente no supo el verdadero fin de sus deseos. Pocas personas se dieron cuenta que efectivamente en la organización que estaba creando primero de la mano de ERREJÓN, luego de la mano de ECHENIQUE, lo importante era el interior de la ORGANIZACIÓN y desde el primer día lo más importante ha sido la cohorte de espías y chivatos, la legión mercenarios que marcaban y remarcaban al enemigo interior, y sobre todo la construcción de un CÓDIGO PENAL interior que posibilitara desde la LEY quitarse de su camino a todo disidente.
En PODEMOS NAVARRA ha sucedido lo mismo. De los muchos mercenarios que hubo a jornal de pan y tocino, todavía quedan personajes alrededor del búnker que mantiene el poder entre sus manos, y que lo defienden si es menester con su propia sangre, pero que ahora están rodeados y son pocos, y ya no encuentran más que una salida. Encuentran como mejor salida, la salida del CÓDIGO PENAL INTERIOR, que usada de manera adecuada, es la ametralladora con la que pueden acabar con todos los contrincantes.
En Madrid y en la Calle Joaquín Beunza de Pamplona, al parecer, todavía no se han enterado de que quienes hemos sido y somos disidentes, nunca le hemos tenido miedo al castigo, y que el castigo no nos amedrenta y que ellos están poniendo en el centro de la sociedad, esa idea de que no son capaces de cambiar nada y de que si algo han de cambiar, va a ser para peor. 
Esa situación que plantean de que no sirve más que el CASTIGO, no es irreversible, y sigue habiendo personas que la queremos cambiar sin necesidad de utilizar ni el CASTIGO, ni una retahíla de normas que están pensadas solamente para castigar y para defender en último extremo al fuerte del débil.


El diez de diciembre La Comisión de Garantías Democráticas de Navarra abre un expediente de expulsión contra quince personas activas, y ésta es una visión diferente de nuestra misión social.

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