Hablar con franqueza y decir las cosas por su nombre parece ser que
es lo que a día de hoy se les ha olvidado a quienes lideren Podemos.
Se quiso presentar una fórmula nueva que entrara en las instituciones dejando de lado ese lamentable
lenguaje de la simulación y la disimulación que tan lamentablemente reina en la
política y que durante tanto tiempo la ha acompañado asqueando a las gentes de
bien en el Estado en general y especialmente en Navarra.
‘Al pan, pan y al vino, vino’, pues sí, decir las cosas por su
nombre o el hablar directamente, con verdades como puños y de forma llana fue
lo que hizo que la ciudadanía se ilusionase con aquel Podemos de 2014.
Pero las
cosas poco a poco se fueron complicando debido a que las prisas les hizo pensar
que todo pudiera resultar un engaño, que para decir las cosas como hay que
decirlas no solo hace falta salir en la tele calentar las mentes y luego que te
sigan sin saber muy bien qué proyecto o que gentes nos van a representar. Pero
parece ser que el primer objetivo era ilusionar y luego ya se verá.
Primer
error.
Se dieron cuenta que irremediablemente un partido que se quiere
constituir como tal y a la vez no parecerse a lo que hay aparte de decir las
injusticias sociales y la corrupción campante había que adoctrinar, ya que sin
el adoctrinamiento no hay partido. Y claro cómo adoctrinar bajo el pilar de los
de abajo contra los de arriba y de paso decir que no hay bloque de derecha ni
de izquierda y de paso que somos un conjunto no homogéneo de mareas que
encontrarán su homogeneidad en el Partido que está por construir pero que no
tiene doctrina aún.
Segundo error.
No saber cómo conjugar doctrina transversalmente, no conocían a sus bases, crearon sus teorías sin recoger
impresiones, ya estaban hechos un lío y las bases, solo creyendo en la
esperanza de que esto se arreglaría más tarde que temprano, corría a pegar
carteles.
La conciencia ideológica ya estaba creada de una forma o de otra,
pero la torpeza era tal que se dieron cuenta de que para adoctrinar es
necesario tener militantes y no los había, había muchas personas que éramos
inscritas y había muchas personas que eran simpatizantes, sin más, pero no se
entendió, había que crear militantes filtrando las bases, escogiendo entre las
y los afines ya que había que repartir los dineros entre las mismas y no vaya a
ser que esto esta vez, por una vez o por primera vez no lo controlemos como se
deben controlar las cosas en un Partido.
Tercer error.
Las inscritas e
inscritos debían pasar a ser militantes, que estos a su vez debían ser personas
que hubiesen estado los no sé bien últimos meses en algún círculo pero que a su
vez esto debía ser confirmado por un cargo ya previo y que fuera a fin, y un
montón más de cosas que no hacían más que insultar a las bases. No se pueden
crear militantes de la noche a la mañana, de forma oculta y otorgando
privilegios por el mero hecho de control de círculos que no existen y de
reparte de dinero que proviene de las instituciones, así no creas militantes,
ya que la construcción de una militancia sin la debida doctrina de un partido
lo único que creas son ‘hooligans’ de sus liberaciones.
La llegada de ‘Jupiter Tonante’ que siempre estuvo ahí.
Esta es una
expresión que se usa para señalar la actitud arrogante o autoritaria de alguien
que adopta una postura iracunda, altanera, o amenazante en la vida política y
ahí ya siempre estuvo Eduardo Santos, ya era el Júpiter Tonante de la CGDN pues
así se comportó y ahora es el SGN y así se comporta sin ningún miramiento y a
su antojo crea órganos como la Comisión de Coordinación –llena de ‘hooligan’
liberados-militantes sin doctrina más que la suya- y se esconde en este aparato
para hacer expedientes contra los suyos y mandarlos a garantías para que la
misma resuelva sus intereses directos.
Y que es lo que hay ahora, pues una charca
llena de cocodrilos en la cual cada vez hay menos agua y donde ya no les queda
otra más que darse dentelladas para que o bien salgan de la charca o bien
comerse las unas a los otros y así de paso llenarse los estómagos que ven
vacíos en el horizonte.
Al igual que los cocodrilos no lloran cuando muerden
sino que segregan unas lágrimas, estas son las mismas lágrimas que se les ve en
sus rostros actualmente una veces las de unas otras veces las de otros según al
son de quien da la dentada. Pero quien verdaderamente llora, no con lágrimas de
cocodrilo, sino con lágrimas de verdad es la GENTE que un día creyó en este
proyecto.
La Gente honesta que vaga actualmente por las calles unas calles a
pleno sol y encima con linterna, como Diógenes, en busca de gente honesta que
no encuentra.