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domingo, 11 de febrero de 2018

PERDIENDO EL OREMUS.


Ayer no me pude reprimir y fui y, en el Condestable de Iruña asistimos a otro episodio más de este lamentable espectáculo que está dando en Navarra el Grupo Parlamentario de Podemos Ahal Dugu. 4 de sus 7 miembros (Velasco, Carrillo, Cousso y Pérez) organizaron un acto que tuvo mucho de religioso y en el que nos dejaron más que claro  que ellas y ellos CUATRO son muy buenos y que trabajan mucho, mientras que las otras TRES personas del Grupo son muy malas y no dan palo al agua.
Digo lo de religioso porque cuando he escuchado hablar a Sáez, Buil y Aznárez de estas CUATRO sus compañeras y compañeros de bancada, dicen justo lo contrario, con lo cual creer a un sector o al otro se convierte en una pura cuestión de fe.
Y es que una vez materializada ya la fractura dentro del Grupo Parlamentario la mística de la representación ha saltado a primer plano. ¿Quién nos representa ahora a los más de 45.000 votantes que depositamos nuestra confianza en las forales de 2015 en Podemos Ahal Dugu? ¿Nos representa el sector oficialista o nos representa el grupo díscolo? Por eso de repartírsenos como si fuéramos mercancía, pero, eso sí, de forma proporcional, ¿los lauristas representan a 25.000 y los otros 20.000 son representados por las y los acólitos de la dirección? ¿Nos representa a la mitad de cada votante como ser individual unos y a nuestra otra mitad otros? ¿Podría ser posible que los lunes, miércoles y viernes nos representaran Carlos, Fanny, Rubén y Laura, y los martes y jueves que lo hicieran Tere, Mikel y Ainhoa? ¿Nos representan los 7 a la vez? ¿No nos representa nadie? ¿Estamos desrepresentados? Discúlpenme tanta pregunta, pero es lo que tiene venir del 15M y darse cuenta que no, que no, que no nos representan.
Y es que como ha puesto de manifiesto nuestro Grupo Parlamentario, la relación que existe entre los representantes políticos y sus representados es tan mágica, difusa y oscura como la relación de representación que se da entre Dios y los curas... porque: quiénes nos representan a los ángeles malos es decir a quienes nos quieren expulsar o a los que ya han abandonado
También quedó patente que el sacrificio (vocación cristiana donde las haya) de los insurgentes es digno de alabanza. Los CUATRO aseguraron que estarían mejor en sus trabajos anteriores a la política, pero que por mandato democrático y por nuestro bien van a seguir en el Parlamento calentando escaño.
Fanny, incluso, con la voz entrecortada, nos explicó que aunque se había dado cuenta que en la Cámara ella no podía hacer nada por el interés general, debido principalmente a su desconocimiento de casi todo, pensaba seguir ahí porque ya que estaba, pues que mira, que se quedaba. Eso sí, por lo visto pasa todo el día en los movimientos sociales con lo que se ha convertido en una activista muy bien remunerada. 
Cousso también admitió que al Parlamento, la verdad, no va mucho, pero que emplea horas y horas siguiendo los conflictos obreros y hasta reuniéndose con las y los trabajadores, si bien no hay ningún acta de estas reuniones porque… ¿A quién le importan las actas? Él lo dice y eso va a misa porque es palabra de Portavoz (te alabamos, Señor).
Por su parte, Velasco reconoció que había bastantes materias de las que tenía que trabajar en Comisiones y Plenos de cuestiones de las que no entendía nada y aunque trataba de informarse, leyendo algún artículo o consultando la Wikipedia seguía sin saber demasiado, pero que al menos él era honrado y no robaba como hacen los del PP.

La apoteosis fue la intervención de Laura en la que se dedicó a loar sus muchas virtudes, entre las que destacó ser mujer, euskalduna, republicana, otra vez mujer, euskalduna y republicana, mujer, euskalduna y republicana de nuevo… También nos contó que gracias a ella el mundo era un lugar un poquito mejor y que el cambio en Navarra (aunque no sabe si realmente ha cambiado mucho) es, en al menos un 80%, imputable a ella.
El oficio acabó con varias intervenciones y preguntas de amigos y familiares de las y los parlamentarios ponentes y por una cuestión morbosa y dar fe de los primeros borbotones, con la promesa de volver a reunirse en marzo para analizar cómo continúa desarrollándose el culebrón.

Podéis ir en paz y que Dios nos pille confesados.

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